150 pasos de un exorcismo, Centro de Arte UNLP by Aldo de Sousa

Mayo 2019
La Plata
Curadores: Luciana Baez Escobar, María Eugenia Bifaretti y Julián Duarte

En un gesto repetido con la fuerza de una descarga, Luis Pazos expulsa los fantasmas que lo habitan cuando la falta de sueño espesa la noche.
Dibuja enérgicamente, raya y cubre cantidad de hojas de pa- pel ordinario, hasta abarrotarlas de formas que se invaden unas a otras. Y en este íntimo ritual genera un mundo onírico, paradójicamente tan oscuro como saturado y brillante, pla- gado de seres de mirada penetrante, edificios abstractos, preguntas desesperadas y verdades regurgitadas.
En medio de esa agitación, Luis consigue detenerse y en- cauzar sus experiencias a través de la palabra, su espada más infalible. Ordena una serie de aprendizajes y verdades reveladas para mostrarse, en la poesía, desde su más pro- funda humanidad.
Una caótica constelación de imágenes de límites imposibles nos invita a sumergirnos en su maraña profunda, donde sur- gen enigmas y ensayos de respuestas: ¿cuánto nos permiti- mos abrazar el caos? ¿cuánto miedo le tenemos al vacío, a las preguntas sin respuesta, al estado del no-control?
La noche cae de nuevo, el ritual se reitera. Como el samu- rai que sueña despierto y no le teme a la noche, Pazos la habita para exorcizar (viejos) temores, para no olvidar el cómo, para mantenerse eterno.

LEJOS Y TRAIDO DE NUEVO / LEO CIOCCHINI by Aldo de Sousa

DOS PESOS

por Juan Laxagueborde

El material se entiende cuando queda incorporado a la obra. No se trata de distinguir con qué se hizo lo que está colgado, sino la manera en que la pérdida de soberanía del material canta su dolor sin fin, porque de alguna manera vive abigarrado en lo que quedó: toda esta muestra, por ejemplo. Ese material es el cartón corrugado, con su predisposición ordinaria, liviana y barata. 

Así como los “pintores de casas” usan los rollos marrones para cuidar al piso de las gotas, el “pintor de esta casa” traída de lejos los usa de matriz para que colaboren con otros materiales, que no dejan de entonar el misterio. Es ahí cuando hablan. Porque los materiales narran, al frente o taimados. No narra nadie más que ellos. El artista hace lo que puede con el lenguaje de los materiales que lo sobreviven, no solo porque la obra queda sino porque pueden solos. Por ahora les artistas, por suerte, no han adquirido los nervios como para custodiar como serenos todo el tiempoa las obras. 

A veces las intenciones salen mal y de ahí sale lo mejor. Un texto es una capa del error destinado a la confusión general, como lo es también cualquier obra de arte verdadera. La pureza de un lenguaje “que no se entiende” se contamina del interés por el entendimiento de nosotros, los espectadores mortales. Hay entonces un diálogo descolocado entre los planos rígidos, llenos de grietas y marcas del taller, que nos hablan. En ellos hay un lenguaje estructurado que parece un desastre o un desperdicio del control que se salva por lo que lo contiene. En estas placas y en estas telas, espera un código de algo que no está para ser entendido sino para darle forma a la sensación, que es, en el rulo de su proceso, el antecedente al nuevo lenguaje, a la nueva imagen en la cabeza del que las ve. 

Entre las grietas de los cuadros se deja ver la malla de hierro que sostiene el lenguaje y que, obviamente, participa de él. En el fondo de los oscuros azulinos o los verdes, amarillos y marrones terrosos está el fondo de un paisaje pero no la finalización de nada, porque todos los límites tienen límites atrás. No existe un último precipicio así como no existe un primer borde, salvo en la paradoja de la representación de lo no figurativo. 

El brutalismo es una manera de hacer las cosas desde la austeridad formal, sin ribetes ni manías, dejando que el estilo se note en la fuerza (en el peso) de la imagen. No hay alcurnia, ni mensaje cifrado ni legitimidad institucional, o todo eso pero en el habla del hormigón. Hagan la prueba sino de pararse en la intersección de Bartolomé Mitre y Reconquista para comparar el Banco Hipotecario, diseñado por Clorindo Testa, y el Banco Nación, proyectado por Alejandro Bustillo. 

Es en este momento donde me pregunto si existe la pintura brutalista. Leonardo tiene el empujón del expresionismo abstracto, pero al momento de ponerse con el yeso y los moldes de telgopor, o en las escenas donde pinta encorvado sobre mesas horizontales telas tirantes, discute lo que tiene que ser una expresión cuando desde la locura quiere volverse armónica. No está contando, está trayendo para que veamos de nuevo el rumor de un lenguaje no conocido, que no significa nuevo y que tal vez signifique lo más viejo que hay, el momento primero donde las cosas tratan de decir lo que son y las personas somos sometidas a la vibra de sus definiciones. Leonardo nos está invitando a permanecer en la percepción para que se vaya viendo algo, el tiempo que sale de la espera del espacio que estructuran las placas y las telas. 

 

 

Leonardo Ciocchini(La Plata, 1983) 

Es Profesor y Licenciado en Artes Plásticas egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Estudio en el taller de Guillermo Roux e hizo clínica de obra con Hernán Salamanco y Silvia Gurfein. En el 2011 realizó una residencia en el Frans Maserrel Centre, Bélgica; y en el 2014 participó del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella. En el 2015 recibió una Beca de Creación del Fondo Nacional de las Artes. En el 2018 participó en Pilotenkueche, International Art Program, Alemania; y en el 2019 fue seleccionado para asistir a la residencia Lademoen Kunstnerverksteder, Noruega. Vive y trabaja en Buenos Aires.

No pensar by Aldo de Sousa

Galería Aldo de Sousa
Octubre 2018
Buenos Aires

Mi primera muestra, hace ya quince años, se llamó Hay que pensar más antes de mostrar. El título era una ironía “basada en hechos reales”; unamaledicencia recibida que reutilicé a mi favor para autoafirmarme (almenos así lo creí) pero cada quién lo interpretó como quiso y así estaba bien. Ahora, todo cambió y hay que decir las cosas bien claras porque, hasta el arte, todo es cada vez más opinable.
Me explico. No pensar nombra un método que no es muy distinto a la pintura automática del surrealismo. Recuerdo los argumentos de laresistencia de la pintura siempre volviendo. Para conceptualizarla, (yhacerla más actual) se hablaba mucho del “tiempo”. La pintura asíconsiderada transmuta en una actividad reflexiva sobre el tiempo mismo. Todo es proceso, y la pintura es una forma de meditación sobre (ya través) del tiempo. ¡Pero yo nunca tengo tiempo!
“Sin ataduras nadie se quiere mover” dice Lucas Martí, ¡cuánta razón! Si te obligan es mejor, y se llama “proyecto”. Lo proyectado es deuda, una promesa que obliga a ser. El proyecto gana tiempo.
Soy un Pintor de domingo (sin dominio del arte aduanero). Someterme aun estricto marco en forma de rombo (proyecto) me proporciona la brevelibertad de pintar sin ningún plan. Las imágenes aparecen sobre lamarcha (y sobre la mancha también).
Las máscaras, por su parte, surgen de la cultura, esa ideología que nos lleva a encontrar en cualquier forma un rastro humanoide.

Pablo Rosales, octubre 2018

Materia Prima, Museo MAR by Aldo de Sousa

Museo MAR - Mar del Plata
22 de septiembre al 25 de noviembre de 2018
Ciclo “Miradas de Buenos Aires”
Curaduría: Indiana Gnochini

Pablo Lehmann: Presentación de La casa del escriba (El comedor)

La propuesta persigue poner de manifiesto la valoración de la materia prima como realidad misma de la obra de arte, y está conformada por trabajos de los artistas Osvaldo Decastelli, Matilde Marín, Guillermo Vezzosi, Pablo Lehmann, Mariana Schapiro, Lucía Warck- Meister, Raúl Tolosa y Melisa Zulberti.
Materia Prima conforma un conjunto conceptual donde los artistas problematizan la relación entre la materia y la percepción; propiciando lo significativo de la relación espacial-corpórea, entre la puesta y el observador-activo, su forma singular de contemplar, de sentir y apropiarse. En palabras de la curadora, “los materiales en su esencia y el rescate de sus cualidades- propiedades, relacionadas con el sonido, movimiento y espacio, abren así un gran campo de conexiones, miradas, asociaciones e interpretaciones”. Se plantean los elementos simples en pos de la belleza intrínseca, despojada y etérea, carentes de espectacularidad, rebasados de la vida cotidiana, o vinculados al uso industrial.
La analogía entre los artistas que integran la muestra aborda la relación íntima y la extrañeza de los materiales, su investigación extrema y la exploración recurrente de las propiedades, bondades y desafíos en la construcción del imaginario de su obra. Provocan un retorno a la interioridad del espectador y, en algunos casos, reflejan las preocupaciones humanas.