MACBA
11 de marzo a 15 de octubre de 2018
Buenos Aires
Curador: Rodrigo Alonso
Artistas: Arturo Aguiar, Manuel Álvarez, Sergio Avello, Ary Brizzi, Mariano dal Verme, Germaine Derbeq, Marcolina Dipierro, Graciela Hasper, Daniel Joglar, Julia Masvernat, Juan Melé, Marta Minujín, Diego Mur, Juane Odriozola, Benjamin Ossa, César Paternosto, Karina Peisajovich, Martín Pelenur, Amalia Pica, Gilda Picabea, Rogelio Polesello, Alejandro Puente, Inés Raiteri, Andrés Sobrino, Mariano Vilela, Luis Wells, Christian Wloch y Carola Zech
La abstracción geométrica es mucho más que el resultado del escrutinio de las posibilidades formales de la geometría. En la práctica de los artistas modernos y contemporáneos, se constituye como un campo de pensamiento a través del cual se desarrollan numerosas investigaciones plásticas y conceptuales. La configuración del espacio, los sistemas compositivos, el dinamismo óptico, los efectos combinatorios, las modulaciones cromáticas, la construcción y deconstrucción de visualidades y formas, las reflexiones materiales y contextuales, son algunos de los intereses que han orientado esas búsquedas. Unas exploraciones que no se encuentran clausuradas aun, y que contribuyen a la vitalidad que manifiesta la abstracción todavía hoy.
Esta exposición pone en evidencia el valor de la geometría como herramienta de investigación a través de una selección de obras pertenecientes a la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires - Fundación Aldo Rubino. Pinturas, fotografías, instalaciones, obras cinéticas y lumínicas, esculturas, videos e intervenciones site-specific dan cuenta de la pluralidad de estos trabajos y de su potencialidad para encauzar los senderos analíticos más diversos.
Un museo es siempre una entidad fragmentaria: no sólo porque no puede albergar la totalidad de una producción sino, además, porque ésta se halla en desarrollo permanente. Partiendo de esta idea, las obras de la colección del MACBA se han puesto en diálogo con otras que no pertenecen a ella. Esta decisión relativiza el discurso totalizador habitual del museo, pero al mismo tiempo, pone en valor su patrimonio, al señalar su capacidad para interactuar significativamente con el arte que sigue gestándose más allá de sus puertas.