Aldo de Sousa
Del 23 de noviembre al 31 de diciembre de 2020
Buenos Aires, Argentina.
Se acerca el final de la vuelta que da la tierra al rededor del sol y encuentra a Lido Iacopetti presentando su almanaque 2021.
Con sus 84 años, Lido aún recuerda los calendarios de Florencio Molina Campos colgados en el almacén de su tío. Desde entonces, admira al autor por su originalidad, su capacidad, por todo. Continuando con ese legado, hace 28 años que realiza almanaques. Desde el 2002, más de dos mil ejemplares se comercializan anualmente, los fondos en su totalidad son destinados a la Fundación para la Promoción del Bienestar del Niño de Pro Infantia de La Plata.
Para cada edición, Iacopetti realiza una serie de obras específica. Este año, cada una de las cuatro pinturas que la integran fueron hechas además sobre un grupo de bastidores encastrados. Ese modo de producción está inspirado en las propias obras que el autor realizara en la década del setenta, de contorno irregular y fragmentario, como si en cada pieza uno podría encontrar múltiples escenas. Sugerentemente, encuentra que ambos momentos fueron de re-estructuración para la humanidad.
En el pasado, Lido ya realizó ofrendas ambulantes, una serie de eventos como happenings en los que regalaba dibujos en lugares públicos, hechos sobre papel plegado de forma similar a las pinturas de 2021. También un programa de exposiciones en zapaterías, parrilladas o rotiserías de la ciudad. Este es otro episodio de esa misión por hacer de su arte un hecho popular, “Plasmar el símbolo universal que nos represente a TODOS, sin sectarismo ni divisionismo, sin avasalladores ni avasallados; sin explotadores ni explotados. Crear un mundo donde la armonía interna del ser se identifique con el cosmos, porque esa identificación permite la comprensión y cuanto más se comprende más se ama” (Iacopetti, 1973).