Galería Aldo de Sousa
Noviembre de 2016
Buenos Aires
Muchas de las obras que construye Mazzoni nacen de un cuadrado. Desde esta única figura desarrolla un programa formal inagotable. Desarma las formas equiláteras al jugar con ellas en una práctica que simula un ejercicio de papiroflexia: dobla una esquina, después la otra, las pone dada vuelta. De esta acción nacen una serie de esculturas que concibe como pinturas tridimensionales, al recorrerlas, se pueden encontrar imágenes inagotables, parecen pinturas que no se terminan nunca. Éste podría ser el repertorio manifiesto del movimiento cuadriformista.